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17 abr 2011

Wendy, caminando juntas...



Wendy fue una perra adorable y especial... Todavía recuerdo aquel día que llegó a mi vida, cuando mi padre cumplió mi sueño "tener un perro", llegaba él de trabajar, y sacó del bolsillo de su chaqueta una cosita minúscula, tan pequeña, tan pequeña, que en un primer momento no pensé que un perro podía ser tan pequeño.

Sus oreja eran un triángulo con 3 arrugas, y ella cabía en mis manos. Sus ojos aún estaban cerrados, y conservaba todavía el cordón umbilical intacto. Fue cuando supe el principio de su historia... En un campito dentro de una empresa valenciana, sola, dió a luz una perra un montón de cachorritos. Mi padre se acercó, y los contempló, y sin saber su sexo, y su raza, cogió el primer cachorro que se movió, convirtiéndose ese movimiento en su seguro de vida y su pasaporte a casa. Pues sin dudarlo mi padre, pensó en mi, la cogió, y la trajo hasta mi. Fue una experiencia inolvidable, ya que la criamos a biberón, recuerdo como cogía el biberón con sus dos patitas, y estiraba las patas para que saliera más leche. Por las noches dormía en una cestita con una mantita y un reloj, que simulaba el corazón de su mama. Largas noches, un montón de biberones, los cuidados de mi abuelita, hicieron de Wendy una perra amigable, cariñosa, y muy tranquila. Le encantaban los veranos, por sus largos paseos por el monte, sus chapuzones en el pilón, ella adoraba el pueblo, tanto o más que la comida. Recuerdo un viaje hasta el pueblo que lo tuvimos que acabar en grua, y ella se negó a dejar el coche, y allí estaba ella junto la ventana como una estatua con la cabeza levantada, orgullosa, vigilante, y así viajó aquella vez, tan tranquila con el coche sobre la grúa. Y es que ella era sorprendente.
Su pelo canela, sus ojos color miel, agradecida sin fin, ... recuerdo como ella muchas veces me despertaba para ir al colegio, incluso en ocasiones antes de que sonara mi despertador, por las noches me visitaba y a veces se quedaba a mi lado, esas bienvenidas cuando llegaba alguien a casa... Te fuiste sin despedida, te has quedado eternamente veraneando en tu lugar favorito, el pilón, la pradera, ahora eres el viento, ese viento que me arropa con tu pensamiento.

Ana León - Radio Benimaclet

2 comentarios:

  1. Qué cosita más guapaaa y que suerte tuvo la pequeña Wendy!!! No todos los abandonados acaban así, todo lo contrario, la inmensa mayoría mueren de hambre, atropellados, etc etc

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  2. La suerte fue mutua, porque fue una experiencia divina, y ella era increíble.

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