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13 ene 2011

Flor ya duerme en su nuevo hogar, al calor de la chimenea…

Primer sueño de Flor en su nuevo hogar.


Hola amig@s:
La nueva mamá de Flor nos ha escrito una carta de los primeros días en su nuevo hogar. En ella nos dice que una de las ventajas estupendas de adoptar un animal de una Protectora es precisamente poder elegir en directo, sobre multitud de perros y gatos, el que mejor se adapta  a nuestras necesidades y también dejarnos llevar un poco por ver cuál de todos “nos enamora”. “Siempre he creído que los animales nos eligen a nosotros y no al revés”, nos dice.
Y eso es precisamente lo que le pasó con Flor, una linda gatita de cinco meses que la enamoró nada más verla. Tras pasar varias horas observando a los gatos del albergue, en una de las salas, de pronto un gato maulló, llamando su atención, y, tal y como nos explica, con tan sólo mirarle, el gato se puso a ronronear y a hacer gestos para que lo cogiera en brazos. En principio ella tenía la idea de un gato macho, ya castrado y, a poder ser, negro, pero el flechazo con Flor fue inevitable.



Flor ha escogido un cómodo y calentito lugar frente a la chimenea como su lugar favorito.
Y así nos relata su llegada a casa: “Si Flor me enamoró la primera vez que la vi en el refugio, no os podéis ni imaginar cómo es y ha sido en casa desde que aterrizó. Parece un gato-perro todo el tiempo. No para de perseguirme por la casa ronroneando y pidiendo mimos TODO el tiempo. Incluso si me cambio de planta sin que se dé cuenta o si me oye darle mimos al perro, da grititos como diciendo: – Eh, que estoy aquí, eh? En serio es increíble, por no contar que en cuanto me pilla en una habitación y no la cojo, se coloca delante de mí (encima de la cama, entre unos jerseys que estoy colocando, o donde sea), y se me tumba panza arriba como un perrito para que le acaricie la tripa. De verdad, ¡es increíble!”.
Al parecer Flor es muy sociable y no extraña a nadie: “Pide mimos todo el tiempo y a todo el mundo que pasa por casa. No extraña absolutamente a nadie”. En seguida escogió uno de los mejores lugares de la casa, en el salón, “encima de una de mis mantas, frente a la chimenea, y allí se pasa largos ratos durmiendo plácidamente, como si llevara toda la vida en casa”.

Flor se escondió un ratito al llegar a su nuevo hogar.
Con el rey de la casa, un Golden Retriever llamado Morfeo, nos cuenta que la relación va muy bien: “Al principio le bufó un poco porque Morfeo se puso muy nervioso de celos en cuanto la vio entrar en casa, pero sus bufidos eran lógicos por miedo en cuanto éste se le acercaba de forma nerviosa y bruta”. Sin embargo, a las pocas horas de llegar se cruzaron varias veces y acercaron sus hocicos lentamente para ‘reconocerse y aceptarse’. Esos acercamientos se han repetido. Morfeo es un perro buenísimo y muy cariñoso, que ya convivió hace tiempo con otro gato y nunca les ha hecho nada; de hecho, parece que le diviertan los gatos que a veces “se acoplan” a dormir en el jardín”.
El caso es que Morfeo y Flor ya han pasado algunos ratos a solas y todo ha ido muy bien: “De aquí a nada sé que serán íntimos porque los dos son muy buenos y muy muy cariñosos. Lo único que habrá que manejar bien son los celos de ambos en la pugna de mi cariño y atención”.
Bueno, hasta aquí la primera crónica y las primeras fotos.
Me encantaría que hubiera más gatos que tuvieran la misma suerte que ha tenido Flor.



http://protectorahuellas.wordpress.com (El Blog de Indós)

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