Todavía recuerdo a Luna, por su inteligencia y su simpatía, era una perra mestiza parecida a un dálmata, no era nuestra, pero como si lo hubiera sido, incluso su dueña, Amparín, muy amiga mía, me decía que nos la podíamos traer a Valencia.
Pero no lo hicimos, porque ella estaba acostumbrada a la tranquilidad y actividad de una pequeña aldea (Turienzo de los Caballeros), donde siempre estaba en la calle.
Un verano mi amiga Amparín, nos dió la noticia de que Luna esperaba cachorros de Pol, un braco guapísimo, y nos decidimos..., no sería Luna, pero si un trocito de ella. No recuerdo bien, si fue en un puente de Octubre, o de Noviembre, cuando llegó a casa. Mi abuela María después de verano se quedó algo más, y Luna tuvo su camada, y mi abuela fue a elegir a esa amiga fiel, allí estaba Sandy una perra preciosa, mestiza de color blanco con manchas marrones, con un ojo a lo pirata de color marrón. Tenía unos dos meses o incluso menos, cuando llegó a casa..., y era una perra que llamaba la atención, le encantaban los niños y sobretodo Adeli, hija de mi amiga Amparín, les gustaba jugar juntas. Se pasaban horas jugando sin cansarse. Sandy es una perra muy especial, recuerdo cuando mi abuela tuvo una trombosis, y fue ella quien vino a despertarme a las tantas de la madrugada, y no paró hasta que consiguió a estirones llevarme a su habitación. Era el otro ojito derecho de mi abuela, y es que se lo ganó a pulso. A mi abuela le encantaban los animales, y tenía algo que los atraía, quizás no me equivoco si digo que ha sido el perro que más quiso, y es que esas largas horas en el parque en compañía mutua, esas noches sin dormir, siendo tan pequeñita... y ya mayorcita, aún siendo ya mayorcita le gustaba estar en sus brazos, compartiendo esas miradas, que hablaban sin palabras...
Pero no lo hicimos, porque ella estaba acostumbrada a la tranquilidad y actividad de una pequeña aldea (Turienzo de los Caballeros), donde siempre estaba en la calle.
Un verano mi amiga Amparín, nos dió la noticia de que Luna esperaba cachorros de Pol, un braco guapísimo, y nos decidimos..., no sería Luna, pero si un trocito de ella. No recuerdo bien, si fue en un puente de Octubre, o de Noviembre, cuando llegó a casa. Mi abuela María después de verano se quedó algo más, y Luna tuvo su camada, y mi abuela fue a elegir a esa amiga fiel, allí estaba Sandy una perra preciosa, mestiza de color blanco con manchas marrones, con un ojo a lo pirata de color marrón. Tenía unos dos meses o incluso menos, cuando llegó a casa..., y era una perra que llamaba la atención, le encantaban los niños y sobretodo Adeli, hija de mi amiga Amparín, les gustaba jugar juntas. Se pasaban horas jugando sin cansarse. Sandy es una perra muy especial, recuerdo cuando mi abuela tuvo una trombosis, y fue ella quien vino a despertarme a las tantas de la madrugada, y no paró hasta que consiguió a estirones llevarme a su habitación. Era el otro ojito derecho de mi abuela, y es que se lo ganó a pulso. A mi abuela le encantaban los animales, y tenía algo que los atraía, quizás no me equivoco si digo que ha sido el perro que más quiso, y es que esas largas horas en el parque en compañía mutua, esas noches sin dormir, siendo tan pequeñita... y ya mayorcita, aún siendo ya mayorcita le gustaba estar en sus brazos, compartiendo esas miradas, que hablaban sin palabras...
A día de hoy todavía llama la atención por su belleza, y su carácter dócil y cariñoso.
Hoy, con unos 14 años de edad perruna, está al final del camino, ese camino de 14 años, donde se ha ganado el cariño de toda la familia. Y quien la ha visto, y quien la ve... casi sin vista, y mayor, pero con la belleza de una perra irrepetible, de inteligencia fuera de serie. Y aunque ya estás querida Sandy al final del camino, gracias por esos años que has formado parte de tu familia, la mía.
Autora: Ana León - Radio Benimaclet
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| Sandy, Pol y mi abuelita Maria, trio de Ases... |
Y ya has cruzado el final del camino y estoy feliz porque estarás con tus padres y con la abuelita. Estas en el lado donde el sufrimiento ya no existe y la luz brilla...
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