Todo empezó hace un año, me había divorciado y me iba de la que había sido mi casa con mi perro Bruno, un cruce de setter y cócker negro con la pancita blanca, al que nunca olvidaré, pero desgraciadamente murió por culpa de un mal veterinario, su muerte fue un golpe muy duro para mí, le quería con locura y él me adoraba a mí.
Así que me mudé a un barrio nuevo, al principio con la mudanza y demás no tuve mucho tiempo para darme cuenta de lo mucho que lo echaba de menos, pero una vez instalada no podía soportarlo, así que una tarde de abril me puse a ver por internet perros en adopción, entonces vi a Rubí, y me enamoré de ella..., en cierto modo me recordaba a mi perro de cachorro, así que llamé a la protectora Huellas, y les dije que me guardaran a la perrita unos días hasta que pudiera ir el fin de semana a por ella, pues ellos están en Ávila y yo en Madrid.
El viaje a casa fue duro para ella, yo creo que estaba muy apegada a sus cuidadoras, no hay más que ver como le querían y como se despidieron de ella. Ladró, chilló, vomitó, se hizo de todo, pero una vez llegué y mi hija la cogió en brazos se tranquilizó y todo ha ido muy bien. A mi hija la adora, se vuelve loca con ella cuando viene a casa.
Rubí es tranquila y muy cariñosa en casa, y en la calle es muy activa, corre muchísimo, y se relaciona muy bien con todos los perritos, nunca se ha peleado o mostrado agresiva con ninguno, es una cachorrita muy feliz. Este verano la llevamos a la playa y mi hija y yo lo pasamos muy bien con ella, también la llevamos al pueblo de mi madre en Valladolid, Mientras mis padres vivan y estén en el pueblo en verano, siempre van, mi perrita estará con ellos si yo no puedo llevármela de vacaciones, allí se lo pasa de miedo, mis padres tienen un terreno grande detrás de la casa donde la perra corretea lo que quiere, está muy mimada, en el sentido de que tiene mucho cariño, ... y no quisiera que sufriera ansiedad en una residencia canina, todo el mundo debería pensar en eso antes de tener una mascota, es como un niño , no lo puedes dejar con cualquiera.
Rubí ha sido un regalo en mi vida, mi hija dice que hemos tenido mucha suerte con ella. Me gustaría animar a la gente que le gusten las mascotas a que adopten, hay animales muy lindos, y muy agradecidos, eso sí que piensen muy bien en las responsabilidades y las ataduras, hay que adaptarse a las necesidades del animal, dedicarle tiempo, cuidados y darles mucho cariño, ellos te quieren enseguida, te dan mucho a cambio de muy poco. Gracias"
Eva Maria Cruz (Móstoles - Madrid)
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